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CARACTERÍSTICAS DE UNA RELACIÓN SANA:


• Nos sentimos a gusto haciendo cosas juntos. No permitimos que la otra persona imponga siempre sus deseos, Acordamos las cosas que queremos hacer, no hacemos siempre lo que quiera la otra persona.

 • También realizamos actividades por separado. Mantenemos nuestro espacio, con nuestras aficiones, amistades y familia.

• No necesitamos comportarnos de manera diferente a como somos para agradar a la otra persona.

 • Nos gusta la otra persona tal como es y no tratamos de cambiarla. Apreciamos sus cualidades y aceptamos sus defectos.

 • Las opiniones de los dos son igual de importantes, aunque sean diferentes.

 • Cuando discutimos o tenemos problemas intentamos buscar soluciones satisfactorias para ambos, a través del diá logo y la negociación, sin usar la imposición, la amenaza o el chantaje afectivo (“si me quisieras de verdad…”).

La confianza mutua y la honestidad son ingredientes básicos de la relación. Podemos hablar de cualquier tema y expresar nuestros sentimientos con confianza y sin miedo a la reacción de la otra persona.
• Utilizamos la comunicación, expresándonos con respeto. Controlamos y evitamos las expresiones violentas de agresividad o coraje.

 • Respetamos los límites de la otra persona, aunque no estemos de acuerdo con ellos.

• Tenemos relaciones sexuales por deseo y mutuo acuerdo de ambas partes. Aceptamos un NO sin problemas.

• Si uno de los dos decide terminar la relación puede plantearlo sin miedo, sabiendo que la otra persona va a respetar esa decisión, aunque no le guste o le duela.

 • No esperamos que la otra persona nos haga siempre feliz o nos resuelva todos nuestros problemas. Cada uno asume la responsabilidad de su vida.

 • Respetamos que somos personas diferentes. Tenemos en cuenta las opiniones e ideas de la otra persona . Apoyamos sus proyectos y decisiones

• Reconocemos el derecho de la otra persona a la libertad y a cuidarse por si mismo.

 • Reconocemos la igualdad de género en las relaciones, con un ejercicio democrático del poder, sin que puedan existir personas dominantes ni dominadas.

Fuente: Relaciones y parejas saludables. Consejería de Salud. Junta de Andalucía




ASTENIA PRIMAVERAL

Con la llegada de la primavera, la naturaleza parece estar en completa ebullición. Decimos muchas veces: "la primavera la sangre altera" y lo decimos por los cambios que se producen en estas fechas. Las personas también tienen altibajos en esta época. Son muchas las personas que reciben de manera positiva esta época del año, no son menos las que, con la llegada de la primavera, sienten un mayor cansancio (astenia o fatiga) del habitual, se encuentran sin fuerzas para comenzar el día e incluso con un estado anímico muy bajo. Estas personas sufren lo que popularmente se ha dado en llamar "astenia primaveral".

¿Por qué?

Los neurotransmisores son sustancias implicadas en el tono anímico y la vitalidad de las personas; algunos ejemplos son la melatonina cerebral, que actúa para iniciar los procesos de sueño y vigilia, y la serotonina, que favorece la vitalidad y la alegría. Por eso, cuando los niveles hormonales o de neurotransmisores no son los adecuados, el individuo se siente cansado e incluso triste.

Dado que el cerebro es muy sensible a las variaciones climáticas y horarias, todas las personas acusamos estos cambios, aunque de distinto modo: mientras algunas los asimilan con facilidad y rapidez, otras sufren un proceso de adaptación más lento o difícil, que se convierte en una astenia cuando se manifiesta en un grado leve y puede llegar a una depresión cuando la gravedad es mayor.

Síntomas

Los síntomas que ponen de manifiesto un cuadro de astenia primaveral pueden ser tanto físicos como psíquicos. El individuo que sufre este trastorno siente al menos más de tres de estos síntomas:

·         cansancio,

·         debilidad generalizada,

·         decaimiento físico e intelectual,

·         somnolencia,

·         dificultad de concentración,

·         cierta apatía y dejadez,

·         sensación de aturdimiento o de presión en la cabeza,

·         pueden aparecer mareos,

·         irritabilidad,

·         falta de apetito,

·         disminución de la libido,

·         y puede aparecer un descenso del sistema inmunitario que nos haga más sensibles a los procesos alérgicos o infecciosos

Al ser un trastorno de origen cerebral y hormonal se atenúa todo el cuerpo, pero también se siente más pesada la mente. El individuo asténico siente- a la vez que cansancio- una falta de alegría o sensación de vacío. Si esta situación diera origen a una sensación de tristeza y de anhedonia -incapacidad de sentir placer- en un rango mayor, se podría entender como el comienzo de una depresión.

¿Qué hacer?



El mejor tratamiento es la prevención. Todos los expertos coinciden en señalar que la principal clave para combatir y prevenir la astenia primaveral es mantener unos hábitos de vida saludables. En este sentido, es aconsejable tomar las siguientes medidas, especialmente a priori y durante la llegada de la primavera:

·         Respetar las horas de sueño; dormir las horas que el organismo necesite, pero sin recurrir a sustancias artificiales para conciliar el sueño.

·         Mantener una alimentación sana y equilibrada, baja en ingesta de grasas y rica en fibra que nos aporte la cantidad de nutrientes necesarios para nuestro organismo. Es recomendable aumentar el consumo de frutas y verduras; aportan las sales minerales que perdemos a causa del aumento de la temperatura exterior, así como las vitaminas necesarias en nuestra dieta.

·         Practicar ejercicio físico moderado: por ejemplo, dar paseos de 45 a 60 minutos, nadar, montar en bicicleta, bailar o practicar yoga o cualquier otra actividad que relaje cuerpo y mente. Los asténicos deben evitar los deportes que requieran un esfuerzo excesivo durante la época en que se vean afectados.

·         Llevar una vida ordenada: en la medida de lo posible mantener unos horarios fijos para acostarnos y levantarnos y para las comidas.

·         Eliminar las sustancias excitantes, como el tabaco, alcohol, bebidas con cafeína o cualquier tipo de sustancia tóxica.

·         Tener una actitud proactiva y participativa: Ante la tentación constante de tumbarse en el sofá o en la cama y permanecer inactivos, no dejarse vencer y aprovechar las horas de luz natural para salir a tomar el aire y el sol, fuente de vitalidad y energía.

·         Fomentar actividades intelectuales suaves que nos motiven y estimulen.

·         Actividad laboral más relajada: A ser posible, hacer pequeños descansos de cinco minutos cada hora durante la jornada laboral para que ésta se desarrolle de una manera más relajada.







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